martes, 21 de octubre de 2008

DISEÑO BÁSICO DE UNA WEBQUEST

Pese a que se han escrito numerosas páginas sobre el diseño adecuado de una Webquest para que cumpla su objetivo de aprendizaje significativo dentro del marco del constructivismo, en este post se sintetizarán los aspectos considerados como fundamentales a la hora de diseñar una buena "aventura educativa".
El siguiente esquema muestra los pasos que deben ser seguidos para diseñar una Webquest:
Bernie Dodge (Dodge, 2000) propone un procedimiento de siete pasos para diseñar una WebQuest:
  1. Escoger un punto de partida o tema
  2. Crear una tarea
  3. Comenzar a crear las páginas Web.
  4. Desarrollar la evaluación.
  5. Diseñar el proceso.
  6. Crear las páginas del profesor
  7. Probarla con alumnos reales y revisarla a la luz de los resultados.
A continuación se explicarán cada uno de los citados pasos:

Escoger un tema

El primer paso para crear una WebQuest es decidir sobre qué tratará. A la hora de escoger un tema debemos Dodge recomienda algunos principios.

  1. Debe formar parte del currículum oficial (sobre todo si no queremos tener problemas).
  2. Debería reemplazar a una unidad didáctica o conjunto de actividades con las que no nos sintamos demasiado satisfechos. Si algo nos sale bien, ¿para qué cambiarlo? Trabajemos para mejorar lo que nos sale mal o “no tan bien”.
  3. Debe hacerse un buen uso de la Internet y la Web; es decir, se debe aprovechar sus potencialidades y evitar sus problemas. Deberíamos escoger proyectos que no puedan realizarse con materiales impresos, aunque podemos utilizar cualquier fuente de información que tengamos junto a la Internet. La idea es simple: si tenemos libros y otros materiales que cubren perfectamente nuestras necesidades en una unidad didáctica dada, mejor dediquemos nuestro esfuerzo a temas sobre los que tengamos poco material, porque aquí la Internet posee un valor añadido.
  4. Una WebQuest es una buena estructura para actividades que promuevan procesos cognitivos de alto nivel. Si lo que pretendemos en que los estudiantes adquieran grandes cantidades de información lo más fielmente posible, tal vez deberíamos utilizar otros métodos. Una WebQuest es más adecuada para la compresión y análisis de fenómenos complejos y/o conflictivos que para la adquisición de información. Aunque en una WebQuest también se adquieren conocimientos… en ocasiones más de los esperados. No es extraño que los alumnos con habilidades en el uso de la red aporten contenidos relevantes además de los que nosotros proponemos.
Crear una tarea

En este apartado se debe definir la tarea que debe realizar el alumno tanto en cuanto a conocimientos a adquirir como a formato en el que será entregada (papel, Powerpoint, página Web, documento de texto, etc....)...

Comenzar a crear las páginas Web

Pese a que lo ideal sería que todos los profesores dominásemos el lenguaje de programación HTML con el que se implementan las páginas Web la realidad, en este caso, no sabe de idealizaciones. Aún así este punto no debe suponer un obstáculo más allá de unas horas de trabajo que serán, sin duda, recompensadas con creces por el interés del alumnado.

De todos modos, en caso de no ser expertos en programación Web, existen una serie de generadores automáticos de Webquest que nos permiten crear contenidos sin tener en cuenta las formas. Destacaremos en este particular el generador de Webquest que ofrece Aula21

Otro formato adecuado y asequible a los menos tecnológicos sería utilizar el blog como página Web de sencilla creación, actualización y mantenimiento adecuada para el formato Webquest.

Desarrollar la evaluación.

El objetivo de las WebQuest es que los estudiantes aprendan, que adquieran nuevos conceptos, procedimientos y principios, que emitan juicios, que sepan negociar significados y extraer conclusiones en grupo, que desarrollen estrategias de búsqueda, selección y síntesis de la información, que sepan producir escritos, gráficos, poemas, multimedia, etc. Pero, ¿cómo saber si lo consiguen? ¿Cómo evaluar la calidad de los productos y de los procesos necesarios para construirlos?

La evaluación proporciona, además de información y valoraciones sobre el grado de consecución de los objetivos predefinidos, una guía sobre qué es lo importante, lo que “cuenta” de verdad, aquello sobre lo que los alumnos deben poner especial atención. Por tanto, la evaluación determina en buena medida qué hacen realmente los estudiantes, a qué dedican su tiempo y esfuerzos.

“La buena evaluación ofrece buena información sobre los resultados de la instrucción, es por sí misma un componente necesario de la buena instrucción. Los estudiantes que no comprenden lo que se les anima a conocer y cómo se espera que demuestren sus logros no serán capaces de participar completamente en la gestión de su propio aprendizaje. Una evaluación fundamentada... ayuda a los maestros a mejorar su propia instrucción, a mejorar la motivación de los estudiantes, a centrar el esfuerzo de los estudiantes y a incrementar el grado de consecución de los objetivos de los estudiantes” (Brookhart, 1999).

Coherentemente con los principios constructivistas que fundamentan las WebQuest como estrategia didáctica, la evaluación de los alumnos se basa en los presupuestos de la “evaluación auténtica”, esto es, un proceso de evaluación de los alumnos en el que los conocimientos y destrezas adquiridos son medidos y valorados usando como contexto el mundo real, en lugar de mediante pruebas estandarizadas. También se habla a menudo de “evaluación de la actuación” de los estudiantes, es decir, de una manera de trabajar en el aula en la que el estudiante debe producir una respuesta o un producto que demuestre los conocimientos o destrezas que ha adquirido. Dos de las técnicas habituales asociadas a la evaluación auténtica y de la actuación son los portafolios y las rúbricas de evaluación. Los portafolios son colecciones sistemáticas de muestras del trabajo del estudiante, registros de observación, resultados de pruebas, etc. de un periodo de tiempo determinado con el propósito de evaluar el desarrollo y el grado de consecución de los objetivos. Las rúbricas son sistemas descriptivos de puntuación que guían el análisis de los productos y procesos de los estudiantes en base a grados de dimensiones clave preestablecidas de antemano. Los portafolios, electrónicos o en papel, tienen una orientación más a largo plazo (un curso, por ejemplo), por ello, prácticamente todas las WebQuest proponen una rúbrica de evaluación que analiza principalmente el producto final elaborado por los estudiantes. La rúbricas se emplean cuando es necesaria una valoración de la calidad de un producto o proceso con múltiples dimensiones que tienen pesos diferenciales, a criterio del profesor, en el resultado final (Moskal, 2000a).

Diseñar el proceso.

El proceso es el conjunto de pasos que deben dar los alumnos para realizar la tarea. Para ello accederán a los recursos online y offline que les hemos preparado o seleccionado y pasarán por tres momentos clave de toda WebQuest: la recepción, la transformación y la producción de nueva información. A fin de ayudarles en dichos momentos clave, Dodge aconseja que les prepararemos algunos “andamios” cognitivos. A continuación trataremos todos estos conceptos.

Dodge sugiere [17] que para diseñar el proceso de una WebQuest es necesario tener en cuenta dos factores fundamentales:

· Las características, edad y experiencia previa de los alumnos (¿tiene experiencia en colaborar entre sí en tareas de investigación? ¿saben organizarse el trabajo? etc.)

· La propia naturaleza del tema (¿es controvertido?, ¿cómo se “trabaja” en el mundo adulto no-escolar, este tema? ¿es “cotidiano”?, ¿se vive “en la calle” o solo está “en los libros”?).

Crear las páginas del profesor

La Webquest es un formato estándar que debe tener una serie de apartados.. Para ver más claro este particular chequea este post sobre las Partes de una Webquest

Probarla con alumnos reales y revisarla a la luz de los resultados.

Finalmente, una WebQuest debe probarse con alumnos reales en contextos reales. Es la única manera de saber si funciona o no. De hecho, una excelente WebQuest, a primera vista, puede que no “funcione” con cierto tipo de alumnos. Pueden surgir problemas diversos: lenguaje demasiado complicado, tareas poco realistas para la capacidad de los alumnos, nivel demasiado elemental y poco estimulante intelectualmente, etc. Después de varias “ediciones”, con las correspondientes modificaciones, fruto de la experiencia, una WebQuest responderá realmente a nuestros objetivos y posibilidades. Y siempre será mejorable.

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